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El calor de las sombras

El calor de las sombras


La oscuridad irruye la ciudad.
Ya es momento de marchar.
Solo distinguimos un par de colores
bajo la tenue luz de los faroles

Pequeños seres tocan su innata sinfonía,
entre arbustos marcadores del camino.
Tus pasos denotan timidez
a tan singulares sonidos.

Abandonas la ruta habitual.
No pretendo dejarte sola.
El temor a perderte me espolea
a seguir el rumbo desconocido.

La lobreguez de las vías
no me permite ver bien.
Pero entre la penumbra,
logro tu mano alcanzar.

Al fin percibo aquella respiración.
Inhalo aquel perfume.
Tomo tu cuerpo entre mis brazos;
sin pensarlo, busco aquellos labios.

Te siento tan cerca en las sombras.
Tus besos son dulces y salvajes.
Los he imaginado tanto tiempo,
ahora nada importa más.

Lo notas, estoy perdido entre tus límites.
 Tengo miedo de sobrepasarlos.
Continuaré hasta donde lo permitas,
frenaré cuando tus líneas lo pidan.

En tus frías tinieblas
seré el más apasionado amante,
quien descubre una agónica luz
con la caricia de tus dedos.

Estas en silencio.
Reposo mi cabeza en tu pecho
y escucho la paz que solo tu nombre
a todas las desventuras puede dar.

Cada tarde, cada noche;
en el fondo sé que siempre
podría ser la última vez
que imagine tus ojos somnolientos.

No dices palabra alguna.
Lo entiendo, no deseas hablar.
Los dos discretamente
volvemos a andar.


Escrito meses atrás, terminó en un tacho de basura. Lo rescato pues invertí una madrugada, y estas una vez vividas no vuelven más.

Los dejo con Space Song de Beach House.


Escribió Joss!, quien debe bajar de peso.