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Alguien debió evitarlo

“Querido Lombardo:
Es estúpido empezar así, porque la verdad y para ser sinceros desde un principio, me llegas al reverendo pincho y ni siquiera eres mi amigo; pero debido a las circunstancias, eres el único en quien puedo confiar. Soy el huevón al que todos los días le compras cigarrillos a una cuadra de tu casa. En fin, creo que hoy es un buen día para recordar lo que es escribir, a costa de mis manos rotas. ¿Por qué lo están? Pues porque he golpeado la pared hasta sentir mis huesos astillados. ¿Y cuál es el fin de eso? No tengo una forma diferente de enfrentarme al mundo. Llevo tantos años tratando de ser algo más que un simple bodeguero, pero hasta ahora no encuentro el fin de mi existencia. Tal vez para alguien sano como tu eso suene estúpido, pero desde la secundaria siento esto que me oprime, esto que siempre me hace dudar de mí, no sé controlarlo. Mi padre es un mayor del ejército, mi madre es arquitecta, yo llevo trece años de mi existencia pensando en cómo me etiquetarán, pero lo único que he obtenido es el rechazo de aquella maldita universidad a la que deseo entrar. Quizá debería intentar algo mucho más grande, pero las motivaciones son muy vacías a estas alturas. Hace un par de meses conocí a una chica y fue genial. Las veces que salimos me enamoré de su sonrisa y sus ojos, y empecé a suspirar como en la más cursi de las películas románticas. Pensaba en las cosas que le diría cuando la volviera a ver, e imaginaba a ella como la heroína en mi triste historia. Pero uno de mis defectos es ilusionarme demasiado rápido. Un día sin ningún motivo me dejo de hablar. Pasé varios días tratando de averiguar que hice mal o que dije para que hiciera aquello. Nunca lo supe, y es que no sabes cómo odio a la gente que en un momento te habla bien, te trata como un amigo y luego simplemente te bota a la basura porque no ven algo grandioso en ti. ¿Acaso a eso le puedo llamar amistad? Eso es mentir, ser un hipócrita. Si aborreces a una persona, pues desde un maldito principio se lo haces saber, y no esperas que su patética vida esté hecha añicos ¿No crees? Las últimas semanas me las he pasado meditando, y no he llegado a ninguna conclusión. No encuentro una solución. Seguro de que la hay, pero ahora estoy tan ciego con esta enfermedad que no puedo pensar en otra cosa que no sea largarme. Sé que luego me arrepentiré, pero al demonio, no puedo seguir cargando el arma de mi viejo para toda la vida.”

-El maldito infeliz se voló los sesos la otra noche- dijo Lombardo.
-Con razón al venir vi coronas fúnebres en la tienda- le dije mientras sostenía el pedazo de papel, el cual evidenciaba que había sido estrujado y manchado con lo que parecían lágrimas.- ¿Irás a su funeral?-
-No, a mí también me llegaba al pincho ese huevón- respondió Lombardo mientras encendía un cigarrillo.


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Ahora mismo estoy algo molesto, por lo que pretendo desahogarme un poco escribiendo alguna entrada, en fin hasta que alguien lo lea esto se mantendrá escondido. Eso me causa gracia.

Los dejo con College Boy de la banda francesa Indochine, de su álbum Black City Parade lanzado el 2013.

Escribió Joss! , el que debería estar en clase, o estudiando lógica, o estudiando macro, o haciendo algo por su vida.



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