Hola Alex:
Ha vuelto a
pasar un gran intervalo de tiempo desde la última vez que nos escribimos.
Gracias por preocuparte por mí. Reconozco que mi última carta fue algo intensa
y dramática. Discúlpame, pero tuve noches muy terroríficas. Sin embargo, el
presente escrito no es para alarmarte más, ni mucho menos para lamentarme. Desde
hace un par de semanas atrás algo extraño me ha estado pasando. No sé
exactamente cómo explicarte lo insólito de la situación, pero haré el intento.
Un día desperté y las persianas de mi habitación yacían abiertas por completo.
El brillo del cielo entraba soberbio a través de mis ventanas e iluminaba todo
mi dormitorio. Me quede en silencio varios minutos, mirando el techo. Mientras
no realizaba ninguna acción más que observar y respirar, empecé a buscar en mi
cabeza aquellos pensamientos que regularmente me agobiaban. Esas jodidas ideas
que me causaban dolor de pecho, un martirio que arruinaba cualquiera de mis
días. Las busqué entre miles de reflexiones y las encontré. Fue un festín de
ideas oscuras. Empero, cada vez que una imagen se encarnizaba en mi cerebro,
pude apreciar que ya no me perjudicaban como solían hacerlo. Luego de un rato
me levanté de mi cama y me fui. Pasaron las horas y los días, esa misma
sensación de bienestar no me abandonó. Fue como si repentinamente la vida me marcara
la palabra optimismo en la frente. Todo esto me gusta. A pesar de que aún tengo
vestigios de ansiedad y mantengo una lucha contra el insomnio, me proyecto a
futuro y sé que todo estará bien. Sé que el amor de alguna u otra forma triunfará
sobre la decadencia. Sé que un día las personas convalecientes olvidarán el
gris de las mañanas y podrán ver los colores de esta ciudad. Sé que la amistad
someterá al orgullo y las personas distanciadas podrán abrazarse. Sé que las
lágrimas serán borradas y un día despejado acogerá a las almas despistadas. Y
si llueve, sé que cada gota de agua dibujará una sonrisa en los rostros más
pesimista. Sé que todas las metas podrán ser alcanzadas antes de dar un último
suspiro. Viejo, dime soñador. Tengo en cuenta que existen muchas dificultades
en el camino, pero ninguna podrá doblegar al espíritu de un hombre decidido. Para
algunos todo lo que te menciono puede ser insignificante, pero créeme, los
cambios empiezan en los momentos menos pensados.
Alex, me
alegro de tus progresos, ojalá pueda verte pronto. Aún quedan muchas historias
que contar, aún quedan muchos lugares por los cuales caminar. Hermano ¡Qué
vida!
Es un lunes
desinhibido.
Los dejo
con Hold on to our love de Tom Chaplin, el vocalista de la extraordinaria banda Keane. Tom dará mañana un concierto solista en Lima, y obviamente yo
estaré allí.
Escribió
Joss!, quien se siente positivo.
0 comentarios:
Publicar un comentario