A veces es increíble lo que uno
escribe cuando siente ese ‘no sé qué’ ardiendo en las entrañas. Las letras
brotan del alma. Piensas en una persona, en un escenario, en tus deseos, lo que
sientes al estar al lado de ella. Y solo dejas que tu mano, cansada o
adolorida, arme cada oración; imaginando que lo escrito algún día será leído y
agradecido por la persona a quien va dedicado, tal vez no con una palabra, pero
sí con una sonrisa.
Encontré estos versos entre
papeles olvidados, lo escribí hace meses. Me siento bien cuando leo este
escrito, pues así no sea algo digno del 'Olimpo literario' (y, a su vez, tenga demasiada azúcar); está impregnado de sentimientos reales de aquel entonces, hecho por el cual puedo empezar a creer que no soy un tipo tan malo. Aprender a
perdonarme es tan complicado.
1:00 PM
Imaginé estar a tu
lado,
buscando los colores
de la ciudad.
Sé que son pocos,
pero contigo
son fáciles de hallar.
Tú con una casaca
azul,
yo con un saco oscuro,
podríamos cambiar
cada día de nuestro
futuro
Sabes que haría de
todo
por jamás verte llorar,
y tomaría tu mano
al momento de cruzar.
Las calles son
peligrosas,
pero yo te protegeré.
Daría mi vida por tu
seguridad,
nunca deseo verte
llorar.
Di una palabra y me
tendrás
a tu lado, sentado, encantado,
escuchando las
historias
que quieres dibujar.
Pequeña, le has dado
colores
a una vida llena de
errores.
Caminemos un poco más,
el frío pronto se irá.
No pidan poesía complicada, no todo el mundo es poeta.
Los dejo con Amazing
Day de Coldplay.
Escribió Joss!, quién debe ‘madurar’.
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