“Nunca dediques poesía a quien amas,
siempre será basura a sus ojos”.
Calixto.
Podría ser una madrugada más. Siempre podría ser una madrugada más. Pero
estoy aquí, desahogándome un poco. ¿Qué más puedo decir? Cuando lo lea alguna vez, espero que pueda darme razones de por qué pasaba horas pensando frente
a una pantalla en blanco.
Los colores de esta ciudad
Nuestras pisadas resuenan
sobre esculturas de cemento
mientras las hojas empiezan a caer.
Me encanta ver tus pasos.
Siempre tratas de ir adelante.
El sol se ha entibiado
y nuestros brazos se han cubierto;
huyendo estos de la briza que golpea
cada una de las ventanas
sobre nuestros ojos.
Mirada taciturna,
eterna compañía mía.
Contrastada por tu voz llena de colores.
Desearía que mis labios
decidieran a donde ir.
Tus pies tienen su propio ritmo,
y danzan al compás de las ramas casi
desnudas.
Me rindo y me recuesto en el pasto seco.
Serás tú quien guíe este ocaso.
Solo espero que no me dejes atrás.
Así va muriendo el día.
Tus rojizos cabellos son parte del cielo.
Deseo apartarlos de tu rostro,
pero a veces tengo miedo
de interrumpir tu armonía.
Luces blancas se han encendido.
Una a una, iluminan nuevos caminos
en paredes lejanas.
Ten por seguro que ninguna opacará
el arrebol de tus mejillas.
La noche ahora aflora;
y las primeras horas
el horizonte ha concertado
con la casaca que todo este tiempo
me orientó cuando estuve desesperado.
Mis sueños siempre seguirán
los colores de esta ciudad.
El frío pronto nos abrazará.
Nunca me alejaré del calor
de la música de tus palabras.
No tengo nada más que
agregar.
Los dejo con Photograph de Ed Sheeran.
Escribió Joss!, el que se inspiró del anterior poema.
Escribió Joss!, el que se inspiró del anterior poema.
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