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Conversaciones nada santas 1: Escondido

Te esperé hasta muy tarde hoy
parado en una esquina como si vendiera mi cuerpo
me sentía incómodo que me vieran tan solo
pero estaba dispuesto a soportar todo.

Te esperé hasta muy tarde hoy
Tenía ganas de invitarte a salir.
Pero nunca respondiste mis llamadas
Tal vez olvidaste tu móvil.

Te esperé hasta muy tarde hoy
Deseaba tomarme una foto contigo
Quería verte sonreír
Y sentir que esta tarde era nuestra

Te esperé hasta muy tarde hoy
Pero nunca saliste
Y me sentía como alguien que vende su alma
Por un poco de compresión

Te esperé hasta muy tarde hoy
Solo deseaba verte pasar
Pero es incómodo estar parado allí tan solo
Eso me enojó


Pero al final te entendí
Sé que nadie te espera
Nadie a tu lado anda
No me conoces, pero yo te acompaño todos los días

No tenías derecho a dejarme esperando allí




¿Alguna vez has acosado a alguien?- le pregunté mientras yo me servía un trago del combinado-. Claro, ¿sabes? es algo excitante hacerlo, siempre y cuando la persona acosada no lo sepa- me respondió mientras sonreía y botaba el humo de sus pulmones-. Explícate bien basura, ya sabes: ¿quién? ¿cómo? y ¿cuando?- el tema me causó mucha inquietud-. Pues recuerdo que yo estaba en el último año de cole, estaba mirando por una de las ventanas de mi casa, solo eso, no más, y de la nada se aparece esa 'tipita', vestida como alguien que va alguna entrevista de trabajo. Me gustaron sus piernas y la forma como caminaba. De la nada me salió esta idea de seguirla un rato por la calle. Ella solo caminaba y yo iba en la otra vereda viendo como se desenvolvía con su entorno, como esquivaba los baches de la vereda, como esperaba la luz verde para cruzar. También vi si se rascaba la nariz, o hacia donde miraba. La pobre no se dio cuenta nunca que yo iba atrás. Yo me sentía un asesino serial, de esos que salen en las pelis y que acechan a su victima y que en el momento menos pensado ¡juaz! le rebana el cuello. Obviamente yo no iba a hacer ninguna estupidez, pero era así de 'adrenalínico'. Después de un rato me aburrí y la deje de perseguir. Aunque luego me quedo ese 'bichito' de intentarlo otra vez. Y pues lo hice, acosé a dos de mis compañeritas que me gustaban del salón sólo por diversión, aunque en algunos momentos fui más lejos. Por ejemplo, a una de ellas la llamaba solo para escuchar su voz. A la otra le metí cartas con frases y su nombre por debajo de la puerta de su casa. Una vez en la privacidad de mi cuarto me reía como un maldito enfermo. Nunca me descubrieron, a pesar de que ello fue un tema de conversación en algunas reuniones de padres, a pesar de que lo hice por 3 meses. Yo creo que el gusto de acosar a alguien se basa en que tu te sientes la persona que está detrás de lo que le pase en la vida de la victima. Algo así como tomar las riendas de su destino por un momento y moldearlo según tu placer, después ver como reacciona con cada hecho y reírte de que nadie siquiera sospecha de ti. ¿Quién se levanta un día pensando que le dejarán cartas anónimas por debajo de la puerta de su casa ? ¿Quién se levanta pensando que un día llamarán toda la noche y no contestarán? ¿Quién despierta un día por la mañana pensando en que algún loco ha dibujado su rostro en una de las paredes exteriores del colegio? ¿O escrito su nombre en todas las bancas de un parque aledaño? ¡¿Quién carajos se levanta un día pensando que mientras divisa la calle por una de sus ventanas de su casa verá a una chica con buenas piernas que lo conducirá a una breve locura temporal?!
A veces eres muy siniestro Lombardo, tomate lo que queda para abrir el red label- dije mientras me paraba a buscar la botella, yo ya no quería hablar más del tema.

Si ya sé, hace días que no escribía ni un punto en el blog. Pero volví hoy, a horas de un asqueroso examen de Introducción al Derecho, que por cierto no rendiré pues no he leído ni una sola lectura en estas 6 semanas. No es porque sea un flojo e inculto que no le gusta leer, sino que los temas a tratar en el curso son, disculpenme la palabra, huevadas de un fumeque con terno. Eso sí, no puedo negar que mi profesor es lo máximo y hace muy entretenidas las clases. En fin, algo haré para remontar...

Los dejo con Radiohead y la canción Fake Plastic Trees de su segundo álbum The Bends. Lanzada en 1995, esta canción tiene una melodía muy deprimente con una letra, a mi parecer, algo rara. No obstante, los versos pueden convertirse en un cortavenas absoluto si uno sabe interpretarlos. 

Les escribió Joss!, el que no va a los exámenes. ¡¡¡Hasta la próxima!!!








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